Destruir con muñecos (y disfrutar mirando)
Como muñecopeuta es normal no acertar. Que te voy a contar…
Es normal probar por aquí. Luego por allí. Contrastar si es por acá. O por allá. Y no acertar. Una y otra vez.
Vale. Hay muchas técnicas de preguntas. Los que pinchan por aquí. Y por allá. Esperando que cliente, muñecopeuta o ambos encuentren algo. Y luego están los que hacen preguntas de cirujano. Pregunta que hacen, corte más profundo. Hasta que dan con el origen.
Y luego están…
Y luego están.
Y luego.
Si lo ves como una enorme torre del Jenga… Verás.
Torre de Jenga gigante. No por que sus piezas de madera sean gigantes. Si no porque contiene cientos de piezas pequeñas.
Empieza el juego.
La torre de piezas de madera. Ahí. Delante. Mirándote. Mirando a tu cliente.
El muñecopeuta pregunta. El cliente recibe el impacto y una pieza de madera se cae.
La torre sigue casi intacta. Aún es pronto.
El cliente responde moviendo un muñeco.
Lo que ha ocurrido dentro de él al recibir tu pregunta. Y el aprendizaje que tiene al vibrar con su respuesta y mover el muñeco, hacen que caiga otra pieza de madera.
El juego se repite una y otra vez.
Una.
Y otra.
Vez.
Hasta que al cliente, moviendo muñecos, respondiendo y escuchando, se le cae la torre de maderitas.
Por completo.
Está desmontando.
Destruido. Quizá. Incluso.
Probablemente sin ver más allá de sus narices.
Sin saber cómo volver a rearmarse.
Entonces empieza una etapa bonita de la sesión. Del proceso. De su vida.
Encontrar las instrucciones de lo que quiere en la vida y volver a montar la torre.
Haciendo (y haciéndose él mismo) las preguntas adecuadas y utilizando los recursos que tiene (y que ahora vé).
Tu magia tiene las buenas preguntas.
La torre de Jenga gigante la trae tu cliente.
Y los muñecos que disparan reacciones los tenemos en KLIKOS. Si los necesitas.
Feliz torre de Jenga gigante.
Arturo Ramos
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