Es hiper liberador y nunca se podrá hacer con muñecos

Tengo malas noticias hoy.

A la mayoría de los muñecopeutas gurús de ahí fuera les oigo decir que los muñecos ayudan a resolver problemas (especialmente) de relaciones.

Y hay un caso hiper potente que no se puede resolver con muñecos.

(guiño, guiño aquí, sigue leyendo para entenderlo).

Enlaces a muñecos al final.




La última escena de la película Elemental de Pixar es brutalmente derrumbadora.

AVISO DE SPOILER AQUÍ

Ve directamente a los enlaces de abajo si necesitas muñecos, aquí sólo hay spoilers.

FIN DEL AVISO




En mi primer proceso personal de coaching que experimenté en 2017 hubo algo que me abrió como una sandía de las buenas cuando le clavas el cuchillo.

Tierra aquí.

No he venido a contarte mis penas. Ni a contarte lo que ya sabes que se puede hacer con preguntas, ejercicios y muñecos cuchillo.

Tampoco he venido a hablarte de sandías.




He venido a hablarte de las rodillas de los muñecos.




Aquel día de 2017 me pidieron que hiciera un ejercicio de agradecimiento profundo a mis padres.

Arrodillarme ante sus pies. Tumbarme a sus pies. Primero a mi madre y luego a mi padre.

Y, para rematarlo, “decirles” en voz alta:

(lo de las comillas es porque allí no estaban mis padres, claro, es coaching con un desconocido…)

Y, para rematarlo, “decirles” en voz alta:

Tu eres grande y yo pequeño




Tu eres grande y yo pequeño




Aún se me retuerce la nuez y se me empapan los ojos cuando digo esa frase que me lleva directamente a aquel momento.

Esto no se puede hacer con muñecos. Y nunca se podrá.

Si eres viejo en esto de mirar lo que tenemos en el coco, sabes de lo que hablo.

Si eres nuevo. Ve y apréndelo bien. No trates de aplicar lo que pone en un email de 4 minutos.




En la última escena de la película Elemental. En el cine. A oscuras. La hija se despide de su padre arrodillándose ante él.

Y aquello me llevó a aquel momento con mis padres.

Y lloré.

Y se encendieron las luces.

Y todos estábamos llorando.

Y los muñecos no pueden arrodillarse.

Ni llorar.




Y por eso, esto nunca se podrá vivir con muñecos igual que se vive cuerpo a cuerpo.

Puedes tener en la mesa un muñeco padre y un muñeco hijo.

El hijo acercarse al padre poco a poco… ya sabes cómo va este proceso… puedes sentar al muñeco… poco a poco… y puedes tumbarlo levantando sus manos para ponerlas en los pies de tu padre.

Eso sí.

Habla con los muñecos. Hazme caso. Y observa qué pasa.

Yo vendo objetos.

Arturo.




PD: Formas en las que te podemos ayudar en tus sesiones con muñecos:

KLIKOS Market. Cientos de muñecos para disparar emociones y reacciones. Los hemos enviado a 22 países.

Colección Divinas. (Más unidades ya disponibles) Figuras femeninas con más poder del que ellas recuerdan que tienen.

Colección Elemental. (Nuevo) 24 muñecos para una colección muy completa más uno hiper-especial que muy pocos muñecopeutas tienen.