RARUNOS.
16 muñecos excéntricos y rarunos seleccionados a mano. Específicamente para trabajar la identidad de tus peques y grandes. Qué quieren ser. Y qué les aleja de ello. Y cómo crear un entorno que les ayude a conseguirlo. Estos muñecos tienen los detalles sutiles y potenciales necesarios como para llegar a disparar emociones y reacciones de identidad. Muy probablemente, más pronto que con otros muñecos.
Acertar con un muñeco potente el día en el que te llega un peque o un grande que quiere trabajar su identidad, te dará un montón de historias para coleccionar. Para vivir. Para ayudar.
Lo malo es que no es algo que puedas controlar. Claro. Esto ya lo sabes. Es algo que ocurre. Y punto.
Lo único que puedes hacer es contar con todas las herramientas posibles que, quizá, despierten reacciones y movimientos relacionados (más de cerca) con los asuntos que tus peques y grandes quieren trabajar.
Justo por eso hemos elegido los muñecos de esta colección con la precisión de un cirujano de rodillas de periquitos.
Te cuento los muñecos que encontrarás en la colección EXCÉNTRICOS, por si te sirven para trabajar temas de identidad o incluso muchos más temas.
Voy.
Primera. Una figura que despierta el sueño de peques y grandes de todas las edades: ser un superhéroe. Para tus hijos. Para las personas a las que quieres. Para ser más productivo. Hemos elegido esta figura que me recuerda a Flash, ese tipo que corre rápido de DC. De los comics. De las pelis. El que lo tenga en sus manos, por un momento, podrá decidir cómo quiere utilizar este poder.
Una buena dosis de músculos. Para muchos es sinónimo de estar fuerte. De ser fuerte. En la vida. Y en un grupo de amigos. Para otros es estar en forma. Otros necesitan que alguien así esté a su lado. Para darles seguridad. Confianza. Soporte. A otros les da mucho asco tanto músculo. Claro. Con el entorno adecuado, todo se puede trabajar.
Un muñeco que representa la valentía. La energía de ser joven. De gustar a todos. De ser una persona a la que todos ven. Extrovertida. Sin límites. Capaz de hacer lo que quiera con su vida. Incluso, con mismísimo ego. ¿Qué haría un introvertido que quiere ser visto con esta figura? No lo sé. Ponlo en tus sesiones y observa.
Este muñeco tiene un interior muy especial. Muy nutritivo para muchos. Muy interesante cuando se deja ver tras esa mascarilla. En su bolsa guarda muchos más tesoros que compartir. Pero igual necesitas más de una pregunta para que te lo muestre. El gorro lo utiliza cuando hace el payaso. Y cuando quiere destacar. Pero se lo pone pocas veces. Y su bocina para llamar la atención y hacerse oír. ¿Qué ocurriría si, por un momento, se quita la mascarilla, toca la bocina y le enseña a los demás sus tesoros más vulnerables?
Si hay seres atrevidos y vistosos en el mundo son estos que salen a correr con ropa de color llamativa. Te fijas en su bigote y parece un tipo serio. De fiar. Ahora, cuando te lo encuentras corriendo con esa ropa, igual no puedes detener tus juicios. A mí me recuerda a Freddie Mercury. ¿Qué pasaría si un tipo (o tipa) duro (de los que llevan armadura, digo) le pides que se ponga esa ropa? ¿Qué nuevas sensaciones tendría?
Una de las cosas más difíciles para un introvertido como yo ha sido salir a la pista de baile y mostrar todo lo que puedes hacer (pero desde tu lado más vulnerable y auténtico). Lo mejor fué descubrir que, una vez encima del escenario, me invade una sensación de libertad inmensa. Sublime. Magnífica. Me encuentro muy cómodo ahí arriba. En mis negocios. Hablando en público. Estoy en mi centro. Fluyo y no rehuyo. Mucho talento oculto se puede disparar trabajando bien con este muñeco. También están los que no quieren ser el centro de atención. ¿Qué ocurre si metes a esos es los zapatos de este muñeco?
Hoy es un buen día para salir ahí fuera y expresarte como tú eres. Cómo te sientes más cómodo. A los que les cuesta una barbaridad.
Ponte en situación. Te llega una chica. Rubia. Treinta y pico. Quiere reconciliarse con su madre. Ella cree que tiene un pensamiento anticuado. Y quiere hacer las cosas a su manera. ¿Qué muñeco elegiría esta chica rubia para representar a la madre que ella quisiera tener: “moderna” y, sobre todo, abierta a aceptar cómo es su hija en realidad?
Total que un día llega tu hija vestida de cosplay. Ya sabes esos que van disfrazados, normalmente de personajes de comics manga. Ahora toca aceptarla. Si quieres, claro. Si no, lo pasarás mal. Día tras día. Preguntándote, ¿por qué tu hija tiene treinta y pico y no ha sentado la cabeza aún? Claro que, quizá, tu hija ya es feliz. O sueña con unicornios y princesas, claro. Esto lo puedes trabajar. Con la madre, digo.
Si tengo que elegir una pieza estrella de esta colección de identidad es la tipa esta con el calabacín en los ojos. Sin duda alguna. En 2019 tuve una sesión con un mega-director de una cojo-empresa de energía. Y me contaba que todos los meses salían de su casa 5.000€ en gastos. Muchos por las sesiones de belleza y la ropa que se compraba su pareja. Sentirse guapa, era muy importante para ella. Y tenía razón. Si no te sientes bien, no estás preparado para salir ahí fuera. Y si no estás preparado, no puedes ayudar a nadie ahí fuera. Y no puedes sentirte libre para ser quien quieres ser. Piensa. ¿Hasta dónde pueden llegar tus clientes con estos calabacines tan potentes?
En 2008 no había música en streaming. Nos pasábamos y descargábamos los ficheros mp3 que podíamos. Tampoco había leyes para gobernar el mercado de la música digital. Petra, una abogada astuta que apostó por Spotify no sabía cómo conseguir que las grandes discográficas, los artistas y los oyentes tuvieran una plataforma para escuchar música instantánea. Y que, al mismo tiempo, fuera un negocio rentable para todos. Nunca nadie había hecho algo así antes. La solución le llegó cuando pensó: “Toca tu propia música. Si no puedes cambiar de canción, cambia el estribillo”. Y creó un nuevo modelo de negocio (que antes no existía) dentro de las leyes que ya existían. El pelo blanco, las gafas de sol, el gorro y la guitarra, para mí, son elementos muy potentes para romper el huevo en el que viven muchos clientes y tocar su propia música.
Te puede parecer una mujer inocente, cuqui y hasta cursi y ñoña vestida así. Puede ser. ¿Y si fuera un hombre el que está ahí debajo? Déjate de juicios. Y deja que tus peques y grandes elijan qué vestido quieren llevar hoy. Quiénes quieren ser hoy. Y cuando lo experimenten y se sientan observados, empieza la sesión. No te voy a contar qué hacer con esos cuernos. Muchas parejas se han roto (y se han creado) gracias a esa pieza. Tampoco te voy a contar qué recursos de cortejo te nacen cuando estás vestido así. Te lo digo por experiencia. En 2005 hice un espectáculo de Drag Queen. Yo llevaba un vestido parecido a ese. No preguntes. Pregunta a tus peques a tus grandes. Y abre los ojos.
Encontrar niños negros en el mercado no es nada fácil. La mayoría son blancos. Y menos niños negros con un osito de peluche en un tirante. Volver al calor de tu infancia cuando tienes un osito de peluche es fácil. Mucho. Utilizar un niño negro es mucho más. Es más son una gran herramienta para trabajar la diversidad. ¿Cómo son tus ilusiones de niño? ¿Y qué relación tienen con las de un niño con la piel de otro color? En 2018 estuve de voluntario en Cruz Roja. Apoyaba a jóvenes inmigrantes. Muchos de Nigeria, El Congo y otros países africanos. Te puedo asegurar que, si conectas con ellos, el aprendizaje que te llevas es grandioso. Nunca lo entenderás si no has trabajado con ellos. Con muñecos o sin ellos. Es más, te recomiendo (con fuerza) que lo pruebes.
Hay un tema. Que me fascina. Un aprendizaje hiper rápido para una niña de 3 años. Cuando mi hija empezó a imitar lo que hacíamos. Y, más aún, cuando yo empecé a mirar lo que hacía. No te voy a contar ahora lo que ocurre. Si no lo sabes, ten una hija. Es fácil: biología o dinero. No hay más. Y aquí empieza tu sesión. ¿Qué ocurre cuando tus hijos te imitan? ¿Qué pasa con sus sueños? ¿Con su futuro? ¿Con su imaginación? ¿Cuánta libertad tiene para elegir en este entorno manipulado por todos? Este niño está disfrazado de médico. O de enfermero. O de auxiliar. Eso da igual. Está imitando. Tiene sueños. Bien trabajados, pueden despertar al adulto más borracho.
Estoy orgulloso de llevar a mi hija a un colegio lo suficientemente hippie como para que aprenda a conocerse a sí misma antes que los ríos y las montañas. A preguntar antes que a atender. A buscar antes de esperar a que se lo den hecho. A ser ella misma, sin que los juicios de los demás le afecten. A que aprenda a vivir antes de que le cuenten las opciones que hay en la vida. Yo no le digo que se tiña el pelo de morado, claro. Se lo tiñe, si ella quiere. Se hará los agujeros para los pendientes, si ella quiere. Y, si quiere ir vestida de la Patrulla Canina un lunes cualquiera, será perfecto. Y lo más potente aquí: ¿Cómo de interesantes serán los nuevos clientes que te lleguen con esta niña?
Aquí podría hablarte de cómo una niña se viste porque quiere ser piloto, profesora u otra profesión que hace “cosas importantes”. Como dice mi hija cuando me ve en el ordenador. Pero no lo haré. Ahora. Fíjate bien. Esta niña tiene algo muy especial. Que no tiene ninguna otra niña que haya visto hasta ahora. Tiene una media sonrisa. De pillina. De listilla. De haber hecho algo inteligente. Algo que le hace sentir astuta. Algo que le enorgullece. Algo que, quizá, quiera contarte. Quiera enseñarte. Con las herramientas que ya tienes, ¿cómo podrías empujar a que tus peques y grandes recuperen esa seguridad de cuando eran niños?
Hemos seleccionado mano a mano (una a una) las piezas de la Colección EXCENTRICOS para que tus sesiones impacten (con intención) en la identidad de tus peques y grandes. Sin necesidad de que compres grandes cajas con castillos y grandes escenarios que son más "para jugar".
Monta y desmonta tus muñecos. O que lo hagan tus peques y grandes. Elegimos las figuras con más opciones para intercambiar piezas y producir algún tipo de reacción en ellos y en sus vidas. Reacciones que les ayuden con algo que quieren cambiar.
Entre las colecciones de KLIKOS algunas figuras las puedes entrar en el mercado en cajas de más de 150€ o más. Otras las construimos nosotros mismos o le pedimos a alguien con talento que nos las diseñe y construya. No existen en el mercado.
Hasta aquí la colección EXCÉNTRICOS.
Claro que hay más muñecos que longanizas y chorizos con los que trabajar la identidad de las personas. Y claro que puede que los muñecos de esta colección no causen una reacción ni una emoción importante en tus clientes. Eso no lo puedo controlar. Ni yo. Ni tú.
Lo único que yo puedo hacer es asegurarme de que te ofrezco los juguetes, las herramientas y los muñecos que pueden despertar reacciones en tus clientes. Que aporten valor a tus clientes. No a tí. No a mí. A tus peques. A tus grandes.
Y lo único que puedes hacer tú es asegurarte de que tienes los muñecos adecuados. Que puede que sean estos. O no. Eso también. Eso ya es cosa muy tuya.
Eso sí. Si tienes los muñecos adecuados en el momento adecuado, pues es muy posible que se disparen temas importantes. O no.
La sesión saldrá como tenga que salir.
Yo te dejo aquí una colección muy potente para trabajar la identidad y muchos otros temas. Minuciosos. Divertidos. Complejos. Delicados. Y con mucho juego.
Ahora ya eliges tú. Eso sí.
Feliz día, Arturo Ramos.
PD: Por si te interesa. Te cuento. Encontrar muñecos con detalles de alto impacto en la identidad de las personas es complicado. En el mercado hay pocos.
En estas colecciones no encontramos la cantidad que nos gustaría para ofrecer a todos nuestros clientes.
Te recomiendo que, si estás valorando en serio hacerte con esta colección, la compres cuanto antes. La próxima vez que estés interesado es muy posible que se agote, o que haya una nueva edición que no tenga todas las figuras que querías.
Si prefieres dejarlo pasar porque no te interesa, es otra opción.
Eso ya como tú veas.
Si lo necesitas, el enlace está al principio de la página.